sábado, 5 de noviembre de 2016

Silvia

Me preguntan que si soy poeta,
Pero mi alma se inmuta ante tal falacia,
Y recuerdo que el primer poema que leí fue la hermosa sonrisa de mamá
En ella describo que sus ojos fueron esos dos puntos suspensivos que relatan mi vida
¿Que si soy poeta?
No, querido cuerdo de palabras infalibles, no lo soy
Sólo sé que frente a mí, en cada mirada, tengo el arma para morir de amor
Tengo el artefacto para matar al amor con su propia medicina.
Tengo la vida y la muerte en dos bellas palabras: Señora Silvia
Vida, porque desciendo en cada efímero verso de cierta hidalguía
Muerte, porque daría mi vida para que ella viva con más locura que la mía.
Otra vez, ¿Que si soy poeta?
No, no lo soy
Soy sólo un hijo cuyas palabras dan vida a la más hermosa figura,
Soy un mal agradecido cuyas soflamas no expresan más allá de su letrina
Soy un verso escrito por el viento y firmado por doña Silvia
Soy admirador de su grata poesía, esa, su sonrisa
Soy bardo porque recito esa bella lírica
¿Soy poeta?
Sí, lo soy
Es mi madre con su sonrisa la que me anima a ser yo.
Yo, un poeta.
Soy lector de poesía, y amante de la sonrisa de doña Silvia, mi madre

Estoy descrito aquí por la vida misma, encendido por la poesía de mamá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

[Parole]