Sin esas ideas que abundan en tu
mente,
Ideas que departen de lapidar y odiar,
Y que expresan lo contrario.
Qué sería de ti sin la
monocromática forma de tu vida misma,
Sin esa gota de agua en el
esplenio,
Sin la mirada de tu sátira
ausencia,
De todos tus refrenos.
Qué sería de una vida sin la tuya,
total, la mía es un incoherente desperdicio,
Y aquí yacemos, sin más nada, dispuestos
al color blanco o negro.